El Salmo 6 es un salmo de lamento que se atribuye a David. El salmo se divide en dos partes: en la primera, David pide la ayuda de Dios en medio de su sufrimiento, y en la segunda, expresa su confianza en que Dios lo escuchará y lo salvará. A continuación, te explicaré verso a verso el Salmo 6:
Salmos 6:1
No me reprendas, Señor, en tu ira; no me castigues en tu furor.
David comienza el salmo pidiendo a Dios que no lo castigue o reprenda en su ira, lo cual sugiere que está experimentando algún tipo de sufrimiento o dificultad.
Salmo 6:2
Tenme compasión, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, que un frío de muerte recorre mis huesos.
Aquí, David pide a Dios que tenga piedad de él y lo sane porque se siente débil y enfermo. Es posible que David esté sufriendo de una enfermedad física o emocional que lo ha dejado débil.
Salmo 6:3
Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
David continúa expresando su sufrimiento emocional y pregunta a Dios cuánto tiempo tendrá que soportar esta situación.
Salmo 6:4
Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!
En este verso, David pide a Dios que lo libere y lo salve por su amor. David confía en que Dios lo ama y que lo salvará.
Salmo 6:5
En la muerte nadie te recuerda; en el sepulcro, ¿quién te alabará?
David señala que si muere, no podrá alabar a Dios ni recordarlo. Este verso sugiere que David cree que su situación es tan grave que podría morir.
Salmo 6:6
Cansado estoy de sollozar; toda la noche inundo de lágrimas mi cama, ¡mi lecho empapo con mi llanto!