

El Salmo 2 es el segundo salmo del Libro de los Salmos en la Biblia y se trata de un salmo real o mesiánico que habla de la soberanía de Dios y la victoria de su ungido sobre las naciones. A continuación, se presenta una explicación más detallada del Salmo 2:
Salmos 2:1
¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos?
El salmo comienza con una pregunta retórica que destaca la rebelión y la vanidad de los pueblos contra Dios y su ungido. Aquí se presenta la idea de que los pueblos pueden rebelarse contra Dios, pero su poder es limitado.
Salmos 2:2
Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra el Señor y contra su ungido.
En este verso, se describe cómo los líderes de la tierra se unen contra Dios y su ungido. Aquí se presenta la idea de que el poder humano puede ser utilizado para desafiar a Dios, pero que finalmente la victoria estará con Dios.
Salmos 2:3
Y dicen: ¡Hagamos pedazos sus cadenas! ¡Librémonos de su yugo!
Los líderes de la tierra buscan romper las ligaduras que Dios ha establecido y deshacerse de su autoridad. Aquí se presenta la idea de que los pueblos pueden desafiar a Dios y buscar liberarse de su influencia.
Salmos 2:4
El rey de los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos.
En este verso, se afirma que Dios se burlará de los líderes rebeldes y de sus esfuerzos por desafiar su autoridad. Aquí se presenta la idea de que Dios es todopoderoso y que aquellos que se rebelan contra Él no pueden ganar.
Salmos 2:5
En su enojo los reprende, en su furor los intimida y dice:
Dios hablará a los líderes rebeldes en su ira y los turbará con su furor. Aquí se presenta la idea de que los pueblos que se rebelan contra Dios experimentarán su ira y su juicio.
Salmos 2:6
He establecido a mi rey sobre Sión, mi santo monte.